La historia de La llamada de lo salvaje, de Jack London, narra la transformación de Buck, un perro de gran tamaño y noble corazón, cuya vida tranquila y cómoda en el condado de Santa Clara, California, se ve drásticamente alterada a finales del siglo XIX. Buck, un cruce entre un San Bernardo y un Scotch Collie, lleva una vida relajada hasta que es secuestrado de su hogar y transportado hasta Dawson City, en el Yukón, durante la fiebre del oro. En esa época, la demanda de perros de trineo era altísima, y Buck pronto se ve obligado a adaptarse a una existencia dura y despiadada.
Una vez en el Yukón, Buck es introducido en el mundo del servicio de entrega de trineos, donde experimenta la crueldad y la dureza de su nueva vida. A medida que se enfrenta a los desafíos de sobrevivir en un entorno implacable, el perro desarrolla una resistencia y fortaleza desconocidas hasta ese momento. En este proceso, Buck comienza a perder sus lazos con la civilización, y sus instintos salvajes se despiertan, guiando sus acciones.
Su vida toma un giro decisivo cuando es adquirido por John Thornton, un hombre que lo lleva a una región remota cerca del Círculo Polar Ártico, entre el Yukón y Alaska. Aquí, lejos de las comodidades humanas, Buck sigue el llamado de la naturaleza y empieza a liberarse por completo de los restos de su vida anterior. A medida que se adentra en el salvajismo, Buck se convierte en su propio dueño, abandonando los vestigios de la civilización para abrazar su destino en el mundo natural.