Sabemos menos del universo que lo que sabían los europeos educados de América antes del descubrimiento. Todos esos miles de millones de galaxias, todas esas estrellas, planetas y satélites son sólo el cuatro por ciento de lo que realmente existe. Esta conciencia es la humildad que distingue a la ciencia de otras actividades humanas. Se regodea en el hecho de que misterios aún más grandes, misterios como la energía oscura, están esperando ser explorados.
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