Cuando Lily descubre que el compañero de trabajo del que Marshall no para de hablar es en realidad una mujer, no se pone celosa en absoluto, y eso irrita un poco a su marido; y cuando Robin se entera de que los alumnos de Ted ven su programa se pone un poquito pesada, hasta que se da cuenta de que lo ven porque han inventado un juego para beber basado él.
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